
Frente a aspectos por mejorar del SAE los estudiantes manifestaron sugerencias en torno a la
incorporación de alimentos y preparaciones regionales con pescado, queso, coco: “La
sugerencia sería esa, agregar preparaciones de otras regiones de Colombia, al menos una vez
al mes agregar otro tipo de cosas” (Entrevista a AM).
Discusión
La alimentación de las comunidades NARP es el reflejo de las condiciones particulares que se
han construido en ese marco histórico generado entre la esclavización y la actualidad, en el
que se entrecruzaron las costumbres agrícolas y alimentarias traídas del continente africano y
europeo y las encontradas en América. Dado que en el Nuevo Reino de Granada los
esclavizados se destinaban, especialmente, al trabajo en minas en el Chocó, desde el siglo
XVII hasta mediados del XVIII estos fueron abastecidos alimentariamente por el trabajo
indígena que les proveía de raciones de plátanos, maíz y, en ocasiones, de carne (Maya R.,
1997). En torno a estos enclaves mineros se generó un gran mercado de cerdos, por lo que es
imposible desvincular, también en la actualidad, la importancia del cerdo en la alimentación
del pacífico. Así mismo, se señala que el plátano (en sus variedades) fue y es, un alimento
indispensable para las poblaciones negras (Jiménez, 1998).
En esta investigación se reiteró que alimentos como plátano, cerdo y pescado, en sus distintas
formas de preparación, son fundamentales en la cocina de los estudiantes que se
autoreconocen como de comunidades NARP. Estos alimentos aparecen en todos los tiempos
de comida y combinados entre sí, por ejemplo, al desayuno el banano cocido o frito con
queso; el pescado o cerdo fritos, cocidos, asados, que se usan para cualquiera de las comidas
principales, especialmente para el desayuno o el almuerzo. También, alimentos como el
queso, propio del mestizaje alimentario, está presente como acompañante o ingrediente
principal en preparaciones como sopas, guisos, arroz, pastas.
Además, se identificaron sabores asociados a los territorios, como las yerbas de azotea
(cilantro cimarrón, chilangua, etc.) frutas como el coco, arazá, lulo chocoano, borojó, guayaba
agria, chontaduro. Y sabores propios de esos alimentos, como el del queso costeño del Chocó.
Estos alimentos son los mismos que otras investigaciones sobre tradiciones y patrimonio
culinario han mostrado como impronta de la cocina afrocolombiana, negra, palenquera y
raizal(Albán Achinte, 2008; Gómez Correa, 2016; Ministerio de Cultura, 2016; Patiño Ossa,
2007).
Estos alimentos en conjunto dan consistencia a la cocina afrocolombiana como un rasgo
distintivo que, a su vez, posibilita el intercambio con otros. En palabras de Adolfo Albán,
“esta comida tiene la capacidad para reproducirse en contextos diversos al tiempo que
posibilita intercambios que van enriqueciendo la gastronomía nacional”(Albán Achinte, 2008:
273). Esa capacidad plástica de la alimentación también se vio reflejada en los hallazgos de
esta investigación al constatar las transformaciones, cambios y permanencias que las y los
estudiantes afrocolombianos han tenido respecto a esta.
Los cambios alimentarios presentados en los estudiantes se podrían clasificar en dos etapas
que, aunque guardan una congruencia temporal, no son lineales. En la primera,
Luz Marina Arboleda Montoya y Yury Marcela Ocampo Buitrago
CAMBIOS Y ADAPTACIONES EN LA ALIMENTACIÓN DE ESTUDIANTES
AFRODESCENDIENTES MIGRANTES DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA-COLOMBIA
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