La casa
¿Cuál casa? ¿La de aquí o la de allá?
¿La que apareció un día pintada en una servilleta, la que dibujé en una perspectiva interior? ¿La
de nuestro bosque que aún no existe?
La casa de mi madre que yo diseñé y ayudé a construir, la que se llena de flores cuando llueve
tanto como ahora.
La casa de los de al lado que no la habitan sino los fines de semana y que tiene luces
intermitentes toda la noche. Luces que se encienden y se apagan por orden de una computadora,
que define todo lo que debe ocurrir en esa casa, a qué hora debe estar encendida la chimenea, a
qué hora se debe preparar el café, a qué hora se calienta y a qué hora se enfría aunque no lo
beba nadie, aunque no le haga falta a nadie. Casas inteligentes, les llaman a esas.
No, mejor la otra casa, la del otro lado, que tiene una pared reparada con una lata y un techo
que gotea hacia afuera y hacia adentro. La que no tiene ventanas en dos de sus fachadas aunque
no tiene construcciones aledañas. Quizá porque esperaba la llegada de algún vecino que se
apoyara sobre un costado, que ayudara a construir la calle de enfrente y se solidarizara con la
reparación de la tubería para la alcantarilla. Quizá por miedo a ver lo que hay al lado, tanto
verde que obnubila la mirada, tanto azul en el cielo, tanto aire, tanto pájaro. Quizá para mantener
lo poco de intimidad que aún nos queda, a los de las casas grandes y las pequeñas, las que salen
en Pinterest, las de los barrios de invasión, las que me gustan y las mansiones de las cholitas en
Perú.
Las casas vistas a la escala de Google también se elongan y se contraen, se esculpen a sí mismas,
las esculpen sus cuidadosas dueñas que las limpian todos los días con escobas y traperos. Las
configuran con su descuido sus habitantes que manchan y ensucian, que rompen y que tiran.
Las envuelven los insectos con sedas de araña, huevos de ácaro y cagadas de mosca. Las delinea
el agua que rueda por los techos y escurre por las ventanas. Las congela la escarcha y el granizo,
las derrite el sol y las colorea con todos los matices.