
Jorge Alberto Kulemeyer
EL USO SOCIAL Y POLÍTICO DEL PATRIMONIO CULTURAL ANALIZADO A TRAVÉS DE
SITUACIONES EN SUDAMÉRICA.
PATRIMONIO, ACADEMIA E IMAGINARIO NACIONAL EN BRASIL Y ARGENTINA.
constituir un factor importante para la mejora de la calidad de vida, ser una oportunidad para
la comprensión de procesos históricos, tecnológicos, de integración, de aprendizaje,
comprensión y pacificación. Es decir, las situaciones y predicamentos pueden tener sentidos y
alcances por demás diversos.
La gestión del patrimonio significa un vínculo más o menos amigable, más o menos
antagónico, con el poder público y una adecuación permanente a los nuevos conocimientos y
formas de interacción que, en la coyuntura, surgen o se encuentran vigentes en la sociedad. La
referencia corresponde al avance en el caudal de conocimientos, las tecnologías, la
consideración de los distintos sectores y personalidades que componen los grupos humanos y
constituye, en su conjunto, el marco general de toda actuación a partir del cual comienzan a
operar las particularidades del contexto local y regional.
Las actividades de gestión patrimonial, conllevan una propuesta educativa resultado de la
comunicación de conocimientos a la sociedad en su conjunto, un planteo que, necesariamente,
implica ideología y es, también, un recorte de la realidad. Es decir, resultan una presentación
que se propone aportar elementos a la construcción de una visión sobre determinados bienes
de interés patrimonial y sus circunstancias y, por ende, da lugar a sucesivas modificaciones e
impactos en las percepciones que, hasta ese momento, se tenían como vigentes y válidas. Es
habitual, además, que genere cambios de todo tipo que según el caso, serán de distinto alcance
y grado de impacto. En suma, la gestión del patrimonio resulta ser una sumatoria de hechos
del presente estrechamente ligados con un (complejo) proyecto de futuro que conviene ser
asociado con uno de los matices de la percepción la localidad que, con sus diversos disímiles
componentes, es algo que se construye y no un hecho dado, inamovible. Esta construcción del
porvenir no debe ser impuesta ni un producto a consumir sin reflexión, sino que requiere de
fundamentos sólidos, además de ser pensada y proyectada de manera participativa. Planteados
estos asertos en la esfera de la gestión patrimonial de un territorio, resulta necesario análisis
de lo actuado, de la coyuntura presente y las proyecciones a un futuro en las que no pueden
estar ausentes las utopías.
La naturaleza de las experiencias de gestión patrimonial resultan siempre procesos y
expresiones plásticas, maleables, parcializadas, localizadas lo que torna muy difícil su análisis
desde una visión generalizada. Toda gestión del patrimonio en un territorio pondrá énfasis en
uno o más tipos (religioso, artístico, histórico, arqueológico, artístico, paisajístico, etc., etc.),
tendrá sus potencialidades y limitaciones (presupuestarias, técnicas, académicas, legales, entre
otras), conflictos, además de propósitos insertos en determinado marco temporal e ideológico.
Esta diversidad lleva a que toda pretensión de análisis comparativo de la gestión patrimonial
en dos países, Brasil y Argentina en este caso, corra el riesgo de dejar en el olvido detalles y
puntualizaciones que permiten comprender mejor la complejidad y dinámica del conjunto.
Desde las ciencias sociales (que incluyen ciertamente a las económicas) se conocen
argumentos en sentido contrario a la particular visión de la defensa de los intereses de la