
Vinícius Bivar
LA DIPLOMACIA ALEMANA Y LAS VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS EN EL CHILE
DE PINOCHET: HISTORIA Y MEMORIA
Dignidad, y el papel desempeñado por sus lideres en el aparato represivo de la dictadura
chilena.
El historial de la Colonia en cuanto a violaciones de derechos humanos precede al ascenso al
poder de la junta militar en Chile. Las primeras acusaciones de abusos sexuales, tratamientos
médicos forzados y privación de libertad surgieron ya en los años sesenta, denunciadas por
Wolfgang Müller, joven que logró escapar de la Colonia en 1966 (Maier, 2008: 1). Su líder, el
alemán Paul Schäfer, había emigrado a Chile pocos años antes, en 1961, escapando de la
justicia alemana, que lo acusaba de haber abusado sexualmente a dos niños. Luego que llegó a
Chile, Schäfer recibió permiso del gobierno local para la creación en las cercanías de la
ciudad de Parral, al sur de la capital, Santiago, de la Sociedad Benefactora y Educacional
Dignidad. Esta entidad administrativa fue responsable por la Colonia Dignidad hasta 1991.
Desde los primeros años de la dictadura, Schäfer cultivó relaciones estrechas con el régimen,
beneficiándose de su cercanía al coronel Manuel Contreras, jefe de la Dirección de
Inteligencia Nacional (DINA). Contreras actuó como mediador entre Schäfer y el gobierno
militar y fue la figura encargada de presentar la Colonia a Pinochet. A partir de estos
contactos, se forjó una relación entre Schäfer y la dictadura chilena en la que se acordó la
utilización de la Colonia Dignidad como parte de una red de instalaciones no oficiales para
detención e interrogatorio de prisioneros políticos. Además, se acordó que una casa de
propiedad de la Colonia en la ciudad de Parral fuera convertida en centro de operaciones de la
Brigada de Inteligencia Regional Sur (BIR Sur), unidad de operaciones de la DINA para la
región. Como contrapartida, el régimen se comprometió a garantizar la estabilidad
administrativa de la Colonia proporcionando a Schäfer suministros, en particular armas, y
asistencia financiera.
De acuerdo con testimonios de víctimas, la Colonia Dignidad se empleó para detención y
tortura de prisioneros políticos al menos desde 1974. En ocasiones, los opositores al régimen
chileno eran llevados a la Colonia Dignidad justo después de ser detenidos, mientras que, en
otros casos, eran trasladados desde centros de detención en regiones cercanas, como la región
de Biobío y la capital, Santiago. Según el informe de la Comisión Nacional sobre Prisión
Política y Tortura de Chile, en la Colonia Dignidad existían instalaciones específicamente
diseñadas para la tortura. Estas instalaciones incluían: ―pequeñas celdas a prueba de ruidos,
herméticamente cerradas.‖ (Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, 2005: 351).
En estas celdas se llevaban a cabo los interrogatorios durante los cuales las víctimas eran
sometidas a golpizas, aplicación de electricidad, violación sexual y otras formas de tortura
comúnmente utilizadas por el aparato represivo de la dictadura chilena.
Estos interrogatorios bajo tortura continuaron realizándose en las instalaciones de la Colonia,
alejados de la atención pública, hasta 1976. En ese año, la comisión especial de las Naciones
Unidas encargada de investigar las violaciones de derechos humanos en Chile publicó un
informe basado en los testimonios de opositores exiliados, en el que se mencionaba a la
Colonia Dignidad. Sin embargo, fue al año siguiente que las violaciones de los derechos
humanos perpetradas en las instalaciones de la Colonia recibieron una amplia atención,
resultado de la publicación del folleto ―Colonia Dignidad – Deutsches Mustergut in Chile –